domingo, 30 de diciembre de 2012

Burgos


"Menos tu boca todo es frío"



La catedral,
inmensa y con sus mejores galas,
presidiendo
como un pisapapeles gótico
la ciudad de Burgos.
Alza una atmósfera
de solemnidad moderna,
un juego de formas,
la firma de la ciudad.

Frío.

Y en un banco
descansa,
como arropado por la noche,
la estatua de un leproso peregrino,
lunalizada de malformaciones
y sarpullidos;
condenada siempre
a estar de espaldas
a la devastadora catedral.

Soledad.

Mucho frío.

Restos de nieve derretida.

Piedra.

Y en otro banco, 
como pegados con photoshop,
estamos tú y yo.

Acurrucados,
pero guardando las distancias.
Rompiendo el silencio
de una misa cantada en latín
con conversaciones que no vienen a cuento,
con risas fugitivas
que callejean entre las gárgolas.

Hace mucho frío.

Siempre me han gustado
los chicos de uniforme
-aunque sea de colegial-,
pero es que tú,
encima,
eres realmente guapo.

Me encantan tus cejas,
no sé por qué,
pero me encantan.

Y esa risa que tienes
tan despreocupada,
desde luego no va acorde con ningún cóctel.

Eres muy mono,
y hace mucho frío.

Te doy un abrazo.
No sé qué calor busco
pero sospecho que,
sea el sue sea,
lo guardas para mí.

Te susurro al oído 
algo como que no tienes que ser tan calzonazos.

Tú me respondes 
que no voy a saber vivir sin ti,
sin que me prepares los vasos de colacao.

Nos separamos a la distancia de un suspiro.

Te miro a los ojos.

Tú tratas de sonreír,
como siempre,
pero se te ve nervioso.

Tu vaho se condensa
prácticamente a la altura de mis labios.

Creo que tienes novia,
y también creo que te podría querer mucho,
o ya te quiero,
o me gustas al menos,
no tengo ni idea la verdad,
                           ni la menor idea.

Nos besamos.

Suave.

Despacio.

Como paseando
entre sábanas tendidas.

Y menos tu boca todo es frío:
el banco,
la estatua,
la catedral,
todo Burgos.

Menos tu boca todo es realmente frío,
hasta tu nariz
clavándose como un témpano
en mi mejilla.

Menos tu boca todo es confuso:
segundo de Bachiller,
la política actual,
la ley de Hess.

Menos tu boca todo es abstracto.

Menos tu boca no entiendo el contexto.

Y me anclo a ese beso
para saber dónde estoy.

Me aferro a ese beso
porque te estoy queriendo.

¡Qué frío!

Menos tu boca,
todo lo demás,
es de un frío de narices.


Abril de 2012

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