jueves, 3 de enero de 2013

Riendo bajo la lluvia

La vida es caprichosa.
Muchas veces te descubre
a una persona que te hace tremendamente feliz,
y al tiempo,
apaga con su aliento de costumbre
la llama.

Y entonces
el desamparo se convierte
en tu frío compañero de cama,
y te entristeces,
y maldices tu infortunio
por todos aquellos besos
que ya no le darás.

Te sientes solo.



Te diré una cosa:
te equivocas.

Te equivocas profundamente.

No hay ningún hueco vacío en tu alma.

Debes echar la vista atrás
y recordar con gozo
los besos que le has dado,
y las veces que la hiciste sonreír 
con tu amor.
Esas cosas no morirán.

Escurre tus mejillas.

Sonríe.

Es el momento de reinventarte.
De crecer.
De hacer que tu alma
se expanda
como cualquier colección de sellos.

Quizás encuentres otros labios
que se complementen mejor con los tuyos,
y con los que puedas aplicar
lo que has aprendido del amor.

Créate el camino a tu gusto.
Tienes libertad de decidir.
Vive escenas de película,
ríete hasta llorar,
conoce personas increíbles,
descubre lugares de ensueño,
disfruta de esa canción
o zambúllete en el agua.

Tienes personas a tu lado
que quieren abrazar su camino
con el tuyo,
ensánchate.

No sé qué te espera ahí fuera,
eso es lo bueno.

Pero sécate los ojos,
prepara tu mejor sonrisa,
arréglate los fardones,
sal del patio de butacas
y sube al escenario.

Porque como dijo Oscar Wilde:
"Esto no es un ensayo general, señores;
esto es la vida"

Vívela.


"Vive"

3 de Enero de 2013